No debemos agachar la cabeza de nuevo ante el sistema opresor capitalista, esta crisis, aunque perjudicial para la clase obrera, nos abre la puestas al cambio, la puestas al progreso, las puertas hacia la verdadera libertad, no aquella de la cual hablan lo gobiernos neoliberales, sino una libertad obrera.
Hoy en día, las luchas están empezando, por ahora son escasas, pero en poco tiempo, la gente se dará cuenta del problema y tendremos nuestra oportunidad.
Y nosotros, los estudiantes, tenemos que ser la chispa que encienda la llama de la revolución.
Rescatemos el perdido espíritu de Mayo del 68, debemos tomar las calles y demostrar al sistema que no nos pueden manipular a su antojo y que vamos a luchar por nuestros principios aunque nos cueste la vida.
Bajo los adoquines todavía sigue estado la playa.
domingo, 8 de junio de 2008
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